VISIÓN DEL HOMBRE

En la filosofía de la educación de los Colegios Guadalupanos se considera al hombre, como ser creado a imagen y semejanza de Dios; con una libertad para pensar y actuar, como un derecho natural; “como un ser personal, inteligente y libre; compuesto de cuerpo y espíritu”. Acepta que el hombre es un ser bueno, aunque por su naturaleza espiritual y animal experimenta una lucha dentro de sí mismo; que “no fue creado perfecto sino perfectible, dotado de potenciales que deben ser actualizadas, de ahí que el hombre es un ser esencialmente educable”.

     

 El hombre, se lee en el Génesis, es un ser social; necesita la compañía y ayuda de sus semejantes para realizar la misión que Dios le encomienda: “labrar, enseñorear y cuidar la tierra”, lo que significa humanizarla. El resultado de la acción humanizadora: racional, simbólica y social del hombre” es la cultura.

Todas estas características del hombre lo hacen ser persona y, por consiguiente, el sujeto de los derechos humanos: personales, sociales, económicos y políticos, entre otros.

 El Padre Plancarte, hace una identificación de las diferencias existentes entre el hombre y la mujer:

“aunque de una especie y naturaleza, son tan diferentes es sus cualidades y perfecciones, que parece que les falta la armonía y el equilibrio. Y por lo mismo, al formar a la mujer la hizo tanto más poderosa por sus atractivos y sus gracias, cuanto el hombre es más fuerte que ella por la fuerza y la autoridad; de donde resulta que la mujer que es más débil que el hombre como ente físico, es más fuerte que él como ente moral, razón por la cual vemos que de derecho el hombre manda, pero de hecho la mujer consigue atraer al hombre a su voluntad, y aun imponerle sus mismos caprichos y dominarle”.